El teatro, el drama y la vida
Tenemos la inclinación de teatralizar todo, como cuando hablamos del tiempo, el tráfico y nuestras vivencias, para satisfacer nuestra necesidad de dar sentido al mundo. Estudiar el teatro es estudiar la naturaleza del drama y su relación con las diferentes facetas de la experiencia humana. El drama es una forma de teatralizar lo que sucede en la vida y en la sociedad.
En una obra teatral, los incidentes están conectados a la historia que lleva al protagonista a obtener lo que desea, puesto que dichos incidentes pueden ser tanto ayuda como conflicto/obstáculo en el camino del héroe hacia su objetivo.
La esencia de toda obra es la aspiración humana y creo que efectivamente somos el héroe/heroína de nuestra propia historia. Elegimos nuestro camino y atraemos lo bueno y lo malo, que nos sirven de ayuda para crecer y aprender en la vida a través del éxito y el fracaso.
Las personas entendemos las situaciones y conflictos cotidianos como un fenómeno teatral. Justamente de eso se trata el teatro: la realidad. Por supuesto, más allá de la historia, buscamos la emoción y el encuentro, o desencuentro, con nuestros sentimientos y pasiones. Por ello, el final de la obra o desenlace es importante. Sin embargo, el nudo con su contenido de suspenso y drama, son los que mejor nos reflejan.
El teatro ha pasado a ser, además de un arte, un espacio de reflexión que trasciende la idea de trasformar, educar o entretener, para ofrecer bienestar a través del entendimiento de la condición humana.
Santa Cruz, 7 de agosto, 2024