Foro: Las funciones del teatro en la vida humana
En la cultura y en la sociedad de los últimos 50 años, David Mamet, novelista, ensayista, dramaturgo y guionista de cine estadounidense, ha reflexionado la naturaleza humana y nuestra inclinación a teatralizar todo, desde el clima y el tráfico, hasta nuestras vivencias personales. Esta teatralización responde a nuestra necesidad de dar sentido al mundo. En sus obras, Mamet explora la naturaleza del drama y su conexión con la política; tanto el teatro como la política, son formas de representación dramática que buscan que el público sea parte de la historia ficticia. Mamet argumenta que el drama es una forma de teatralizar los acontecimientos de la vida, mientras que la política teatraliza lo que sucede en la sociedad. Incluso llega a considerar que la política es “un drama estructurado con más rigor” que muchas otras representaciones, tanto del teatro como de la vida diaria.
También explora como los incidentes están conectados a la historia que lleva al protagonista a obtener lo que desea, puesto que dichos incidentes pueden ser tanto ayuda como conflicto/obstáculo en el camino del héroe hacia su objetivo.
Lo que resulta especialmente llamativo es su idea de que la esencia de toda obra teatral radica en la aspiración humana: “el deseo del héroe o de la heroína”. En este sentido, somos el héroe/heroína de nuestra propia historia. Elegimos nuestro camino y atraemos tanto lo bueno como lo malo, que nos sirven de ayuda para crecer y aprender en la vida a través del éxito y el fracaso.
Para Mamet, las personas entendemos las situaciones y conflictos de la vida cotidiana como fenómenos teatrales. Al fin, de eso se trata el teatro: de representar la realidad. Por supuesto, más allá de la historia, buscamos la emoción, el encuentro, o desencuentro con nuestros propios sentimientos y pasiones. Por ello, aunque el final de la obra sea crucial, es el nudo, con su contenido de suspenso y drama, el que mejor refleja nuestra experiencia humana.
Hoy en día, el teatro ha evolucionado para ser mucho más que un arte escénico: se ha convertido en un espacio de reflexión que trasciende su propósito inicial de trasformar, educar o entretener. Ahora, también es una herramienta para ofrecer bienestar a través de la comprensión profunda de la condición humana.