

Foro: Lecturas ambiguas
La lectura de obras a menudo nos sumerge en la ambigüedad entre la ficción y la realidad, lo que puede generar confusión sobre la autenticidad de la narrativa. Este pacto ambiguo de lectura nos lleva a formar nuestras propias interpretaciones, aunque solo el autor conozca la verdad detrás de lo narrado. A veces, puedo discernir fácilmente entre lo real y lo ficticio, pero el autor siempre desafía nuestro juicio para mantenernos inmersos en la trama. Al adentrarme en novelas históricas, mi imaginación se dispara, anhelando conocer el desarrollo de los eventos. Sin embargo, equilibrar mi fascinación por la ambientación histórica con el escepticismo sobre la veracidad de los sucesos supone un desafío. Es como un juego intentar superar al autor a través de los acontecimientos narrados. Al concluir la lectura, disfruto investigando los eventos y personajes reales para discernir entre la realidad y la ficción. Además, como escritor, busco incorporar tanto elementos verídicos como ficticios en mis propias obras. Esta dualidad en la percepción es lo que hace que las novelas históricas resulten tan intrigantes y atractivas para los lectores.
Algunos ejemplos notables de novelas históricas que destacan la ambigüedad entre lo real y lo ficticio son: “Los Pilares de la Tierra” de Ken Follett, que detalla la construcción de catedrales en la Edad Media con un trasfondo histórico, pero con personajes y tramas ficticias. “El nombre de la rosa” de Umberto Eco, ambientado en un monasterio del siglo XIV, combina elementos históricos con misterio y filosofía, aunque sus personajes y la trama son ficticios. Y “En el tiempo de las mariposas” de Julia Álvarez, que entrelaza hechos históricos con la vida de las hermanas Mirabal durante la dictadura de Trujillo en la República Dominicana, explorando el coraje y la resistencia en tiempos de opresión. Estas obras ejemplifican la complejidad de distinguir entre realidad e imaginación, ofreciendo una experiencia de lectura enriquecedora y multidimensional.
¿Leemos las novelas históricas igual que una novela de pura fantasía? ¿E igual que un libro de historia?
No exactamente, ya que las novelas históricas a menudo contienen elementos fantásticos que no siempre son fáciles de identificar. Si no estamos familiarizados con la historia antes de leer, podemos ser susceptibles a creer en fantasías. Estas novelas tienen una peculiaridad que las diferencia tanto de la fantasía como de la historia, aunque no siempre sea evidente de inmediato. Mientras que la fantasía nos transporta a mundos imaginarios para escapar de la realidad, los libros de historia buscan ofrecer información precisa sobre el pasado para educarnos. Las novelas históricas combinan ambos aspectos, jugando con la realidad histórica y la ficción del autor.
Con libertades creativas, los autores pueden enriquecer la trama y transmitir mensajes mediante la incorporación de elementos fantásticos. Aunque basadas en hechos reales, las novelas históricas a menudo se desvían de la precisión histórica, agregando un toque de fantasía a la narrativa. En resumen, la fusión entre fantasía e historia puede ser efectiva en las novelas históricas.
¿Qué tipo de recepción hacemos realmente?
La recepción de las novelas históricas varía entre los lectores. Algunos disfrutan de la combinación de hechos históricos y tramas ficticias, mientras que otros pueden criticar la falta de fidelidad histórica. El “pacto ambiguo de lectura” implica una disposición a creer en la narrativa para sumergirse en la experiencia temporal que ofrecen estas obras, buscando no solo entretenimiento, sino también la impresión de ser desplazados a épocas pasadas y poder imaginar cómo era la vida en esos tiempos, sin perder del todo la consciencia de que se trata de una ficción. Aunque esto puede generar dudas sobre la veracidad de lo leído, también motiva a investigar la historia por cuenta propia y llegar a nuestras propias conclusiones. La novela histórica, a pesar de sus licencias creativas, ofrece una oportunidad valiosa para ser creativos, aprender sobre la historia y fortalecer nuestros hábitos de lectura.