

Foro: La preparación psicológica del novelista en base a la bibliografía
En principio, debo confesar que escribir me ha permitido explorar mundos imaginarios y aprender cosas nuevas. No solo me ha proporcionado entretenimiento, sino también conocimientos útiles en mi vida personal y profesional. En la escritura, he visto siempre una forma de expresión artística que me ha permitido plasmar mi mundo interior e interpretar el exterior desde una perspectiva única. Reconozco que esta práctica surge de una necesidad interna y una vocación que requiere disciplina y organización para prosperar. Es un proceso complejo y desafiante, no exento de sinsabores y frustraciones, pero es al mismo tiempo, profundamente gratificante y divertido.
La escritura, fundamentalmente, a través de cualquiera de sus géneros literarios nos dan la posibilidad de transmitir lo que pensamos. Es crucial entender que nuestras palabras no solo comunican ideas, sino también emociones y sentimientos, en una transferencia mágica del mensaje. Siempre he sido un admirador de las obras literarias y creo que cada vez que inicio una nueva historia, me embarco en un viaje a otro mundo y otra época, donde descubro diferentes formas de vida y perspectivas que me enriquecen como persona. Escribir es una actividad saludable y motivadora que me ha permitido crecer intelectual, emocional y espiritualmente, brindándome alegría y esperanza.
Soy consciente de la necesidad de prepararme psicológicamente para escribir, ya que la creatividad y la intuición no son suficientes. Debo profundizar en el desarrollo de los personajes y en la representación de la conducta de la sociedad dentro del contexto de la historia. Por otra parte, no puedo negar que enfrento ciertos miedos y dudas debido a mis propias limitaciones e inseguridades, así como a la presión externa y al temor al fracaso. Al final del día, sé que creer en mí mismo es clave para superar los límites autoimpuestos.
Esta semana disfruté con “Cartas a un joven novelista” de Vargas Llosa y “De Animales a Dioses” de Harari. Harari resalta que la felicidad y la tristeza son internas, no dependientes del estatus social, abogando por aceptar la realidad para encontrar la iluminación y reducir el deseo. Vargas Llosa enfatiza la importancia de la escritura y la vocación, aunque reconoce sus desafíos, destaca que los grandes escritores empezaron como nosotros, insistiendo en la constancia y la creencia como elementos claves. La literatura demanda un compromiso profundo, donde expresar nuestro mundo interno supera el reconocimiento o el éxito económico.