Foro: Presentación de un personaje
Volvió del gimnasio. Lo sé no porque escuché el motor y las ruedas del auto entrando al garaje. El auto ha estado en el garaje, desde que yo recuerdo. Sé que ha llegado gracias a que mi oído ha desarrollado la audición como para percibir zapatos deportivos raspando por la acera y jadeos que suenan como mi padre en su lecho de muerte por tuberculosis. Y si eso me falla, utilizo el otro sentido, el del olfato, por el olor a marea baja por las gotas de cansancio. Cuando apenas abro los ojos por los rayos del sol entrando por mi ventana, lo segundo que noto es mi lado de la cama vacía. Sirvo el desayuno y escucho a mi niña apenada por no tener quien la lleve al colegio. Estoy cansada y hastiada, tan pronto veía a mi hija ir sola al templo del saber, volvían espirales donde escuchaba una voz susurrando en la penumbra de mi alma ¿Es este el destino que aguardaba en mi sendero?
– La niña ya se fue al colegio – le dije -. Segunda vez que incumples tu palabra, como cuando había que llevarla al recital en el Centro Comunitario.
No tenía tiempo ni paciencia para dejar que empezara a tejer sus telarañas de justificaciones, igual, no tenía muchas posibilidades de evitarlas. Al final, es mi culpa haber elegido este estilo de vida.
Un vacío palpable en las paredes de nuestro confinamiento consiguió su objetivo completo: el asedio del eco interior. Al pasar por el espejo, vi a la misma intrusa con ropa pasada de moda y cabello descuidado. No sé quién es la infortunada que pide limosna. ¿Dónde está la sonrisa? ¿Dónde quedaron los sueños? ¿Es acaso la juventud y frescura una ilusión? ¿En qué momento aparecieron estas canas y arrugas?
Santa Cruz, 8 de mayo de 2024